El presente trabajo examina las consecuencias de la prolongada militarización de la seguridad pública y de la sostenida expansión de los roles y prerrogativas de las fuerzas armadas en América Latina, y propone que la región ha ingresado en una etapa de creciente militarismo civil. Enfrentadas a una crisis de seguridad pública y a Estados débiles, las élites políticas de la mayor parte de las democracias latinoamericanas han optado por la militarización del policiamiento debido a la mejor aprobación de las fuerzas armadas, a pesar de su escaso —y a veces contraproducente— impacto en la seguridad pública.
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