La puesta en práctica de las nuevas modalidades de ayuda al desarrollo auspiciadas por la «Declaración de París», suponen un reto no sólo para Gobiernos donantes y receptores de fondos, sino también para el resto de actores de la cooperación, como las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC). Conceptos como la «apropiación» o la «responsabilidad mutua» no deben limitarse al ámbito de las negociaciones bilaterales entre Gobiernos. Mozambique se ha convertido en banco de pruebas para la nueva arquitectura de la ayuda y por ello también en un botón de muestra de cómo se insertan las OSC en este contexto cambiante.
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