Los frecuentes cambios que se dan en la geopolítica internacional obligan a sus distintos actores a revisar y redefinir sus alianzas estratégicas. Acontecimientos recientes como la pandemia del COVID-19, la creciente influencia de China en Latinoamérica al tiempo que disminuye la presencia estadounidense, la presidencia de Donald Trump y su impacto sobre el multilateralismo, el Brexit y la invasión rusa de Ucrania, son una muestra del complejo y cambiante escenario mundial.
El presente artículo analiza cómo la Unión Europea (UE) y América Latina y el Caribe (ALC), con sus lazos históricos y prolongados, sus valores compartidos, así como diversos acuerdos de cooperación, políticos, de libre comercio y de asociación existentes entre ellos, cuentan con los incentivos necesarios para revitalizar el diálogo a múltiples niveles y abordar conjuntamente los retos de las transiciones socioeconómica, ecológica y digital en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de la Agenda 2030.
En un mundo que demanda cada vez más relaciones de calidad y basadas en la confianza y el diseño de políticas públicas inclusivas para alcanzar acuerdos más grandes.