¿Qué aporta el programa REACT a los y las profesionales que desean trabajar en contextos internacionales de conflicto y posconflicto?
El programa REACT es un curso intensivo de cinco semanas (220 horas de formación) que se especializa en la prevención de conflictos, gestión de crisis y rehabilitación post-conflicto dirigido a graduados y profesionales que se encuentren ya en el mundo de la cooperación y la construcción de paz o quieran impulsar su carrera en misiones de paz, conflictos en terreno y seguridad internacional. Además, uno de los módulos que ofrece programa titulado “Hostile Environment Awareness Training” consiste en un entrenamiento de cinco días de duración para preparar a los participantes que desempeñan su trabajo en zonas de conflicto. Los formadores del curso provienen tanto del ámbito civil como militar, con una larga trayectoria en misiones internacionales y en ayuda humanitaria.
Con todo ello, este programa no solamente combina teoría y praxis para formar a los participantes que desplieguen su trabajo en terreno, sino que también se trata de una experiencia única de networking internacional y de mejora de la empleabilidad. Es una oportunidad para conectar con profesionales y expertos de diversas organizaciones internacionales, además de abrir puertas en el mundo de la cooperación, tanto en ONGs como entidades gubernamentales dedicadas a la paz y la seguridad.
El programa incorpora un enfoque basado en derechos humanos, en consonancia con el Plan Director de la Cooperación Española. ¿Cómo se refleja este enfoque en la formación que reciben los y las participantes?
En primer lugar, los participantes adquieren una comprensión sólida del marco jurídico internacional, incluyendo el derecho internacional de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario, con un enfoque particular en la protección de civiles en conflictos armados y crisis humanitarias. Los módulos especializados en estas áreas son el primero y el segundo: Análisis y programación sensibles al conflicto, por un lado, y Protección de Civiles y Marco Legal Internacional, por el otro.De la misma manera, sobre todo en el primer módulo, el curso aborda temas como la igualdad, la perspectiva de género y la inclusión social en situaciones de conflicto; permitiendo a los participantes desarrollar programas que promuevan la igualdad como un elemento integral y transversal de la programación sensible al conflicto.
En cuanto al enfoque práctico del programa, desde el enfoque de derechos humanos, se pone a los participantes en el centro: a través de casos de estudio, sesiones interactivas, prácticas sobre el terreno y trabajos en grupo, Helsinki España prepara a los participantes para aplicar los principios de los derechos humanos en contextos reales.
Algunos y algunas becarias de la Fundación Carolina han participado recientemente en el programa de voluntariado en colegios e institutos españoles. ¿Qué valor añadido aporta esta experiencia dentro de su formación integral como estudiantes internacionales?
El proyecto “Jóvenes para jóvenes: educando en DDHH y ODS” es un programa de voluntariado cuyos aspectos transversales residen en: enfoque basado en derechos humanos, género e igualdad, diversidad cultural y sostenibilidad ambiental. En un mundo interconectado, donde las fronteras entre lo local y lo global se entremezclan y la interculturalidad están muy presentes en nuestra vida cotidiana, contar con voluntarios internacionales es un proceso de enriquecimiento para todos; tanto para mí como coordinadora del proyecto, cómo los colegios e institutos que reciben los talleres. Para los becarios de la Fundación Carolina, el programa de voluntariado en institutos y colegios españoles les aporta un valioso componente social, intercultural y transformador añadido a su formación académica, así como fomenta su rol como agentes de transformación social.
En este sentido, algunos de los voluntarios y voluntarias de esta edición 2025 provienen de másteres como Ingeniería Ambiental o Biología; áreas en las que per se, no hay un contacto directo con la pedagogía y el trabajo con niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, esta experiencia les ha permitido adentrarse en el entorno educativo español, que podrán comparar y encontrar sinergias y diferencias con sus entornos sociales de origen. Asimismo, este proyecto, que busca la cercanía generacional y en el que los voluntarios y voluntarias se convierten en referentes para los niños y adolescentes, contar con becarios de la Fundación Carolina tiene un componente añadido. La presencia de estudiantes internacionales despierta a los más jóvenes el interés por otras culturas y realidades, abriendo su mirada al mundo y favoreciendo una educación global e intercultural.
¿Podrías compartirnos alguna experiencia o testimonio que refleje el compromiso y el impacto de los y las becarias de la Fundación Carolina en el marco del programa?
Para responder a esta pregunta, qué mejor que contar con las voces de algunos de los participantes del proyecto, que acaban de terminar sus talleres de sensibilización y educación en valores en colegios de Madrid, Oviedo y Salamanca. En Madrid, en palabras de Sergio: “La experiencia de Jóvenes para Jóvenes ha sido enriquecedora desde todas las perspectivas, recibir formación de expertos en ciberacoso, medio ambiente, derechos humanos, salud mental y migraciones amplían el conocimiento en temas que son importantes para la construcción de comunidad. Además, poder compartir con Jóvenes y escuchar sus ideas en torno a esos temas, ha generado una motivación a reafirmar que, en la enseñanza, el diálogo y la escucha posibilitan un mundo mejor. Es una experiencia que todos deberían tener.”
Carolina nos cuenta que: “Cuando, siendo joven, asumes la tarea de enseñar a otros jóvenes sobre temas tan fundamentales como los derechos humanos y la salud mental, comprendes la urgencia de prestar más atención a esta etapa de la vida. A menudo se percibe como una simple transición, pero en realidad es un momento clave en la construcción de la identidad y el sentido de pertenencia. Como estudiante extranjera en España, me llevo de esta experiencia un profundo agradecimiento y un valioso aprendizaje, pues son ellos los que más me han enseñado a mí. Me queda la satisfacción de saber que los estudiantes también se han llevado herramientas y algunas ideas que pueden ayudarles a tomar decisiones más conscientes y sabias en su camino. Muchas gracias a la Fundación Helsinki por brindarnos esta oportunidad y por crear espacios que impulsan un futuro más justo, equitativo y con una mejor calidad de vida para todas las personas, especialmente para las juventudes.”
En Oviedo, Yelsy Portillas también refleja su testimonio: “Mi participación en el proyecto ha sido una experiencia transformadora, a esto me refiero como estudiante extranjera al llegar a España, me enfrenté a un nuevo contexto cultural y académico, y ser parte de este proyecto me ha permitido conectar no solo con jóvenes de aquí España, sino también conmigo misma. He aprendido a integrar mis conocimientos previos con nuevas perspectivas, con temas muy importantes que todos debemos conocer y poner en práctica. A través de este voluntariado, me gusta experimentar cómo los jóvenes pueden ser agentes de cambio cuando se les da la oportunidad de expresarse y compartir sus vivencias.
Este intercambio ha sido un puente entre lo global y lo local y me ha impulsado a seguir buscando maneras de crear espacios más inclusivos y empáticos para todos. Pero sin duda la satisfacción de un voluntariado no es solo la formación como profesional, sino que también ha fortalecido mi capacidad de escuchar, comprender y actuar con sensibilidad hacia las realidades diversas de los jóvenes. Me siento muy agradecida y satisfecha por esta oportunidad.”
Su compañera Ana Laura también nos comparte su experiencia: “Soy profesora en la Universidad de la Habana y aunque era un público totalmente distinto, era otra forma de aportar mi granito de arena en hacerle eco y darle visibilidad a temas tan relevantes como los objetivos de desarrollo sostenible, la migración, los derechos humanos o la salud mental, era una manera particular de aportar valor social o tal vez de retribuir en alguna forma la oportunidad brindada por la Fundación Carolina de realizar mi doctorado acá. Ha sido una experiencia sumamente enriquecedora, desde los talleres formativos con las presentaciones de los expertos invitados y las dinámicas desarrolladas, hasta el estar delante del aula del instituto en cada una de las sesiones. El venir de otro contexto, con otra perspectiva y el tener la posibilidad de participar en estas iniciativas, tributan, sin lugar a duda, a la formación integral a la que aspiraba cuando solicité mi beca, pero también a crecer como profesional, como mujer, como joven latinoamericana soñadora que cree el mundo solo cambia cuando cada uno de nosotros decide hacer su parte.”
En Salamanca, Ysabel resume su experiencia: “debo decir que fue una experiencia muy enriquecedora en tanto que me permitió no solo compartir mis conocimientos sobre la materia, como abogada, sino que además, a través de la reflexión crítica que se pudo hacer con los alumnos sobre la igualdad de oportunidades, la justicia y la dignidad humana, aprendí mucho y pude conocer más sobre la cultura y la realidad en la educación en Europa, en contraste con la realidad que se ve en Latinoamérica, reafirmando con ello mi convicción de que la educación es la mejor herramienta para la transformación social.”