Punto de vista

Hacia una Iberoamérica justa y sostenible

Hacia una Iberoamérica justa y sostenible

El próximo 25 de marzo se realizará en Santo Domingo, República Dominicana, la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno. Es la reunión de más alto nivel de la Comunidad Iberoamericana, que se ha venido realizando de manera ininterrumpida desde 1991. Esta oportunidad ha sido precedida por trece reuniones ministeriales en las que se han aprobado, por unanimidad, declaraciones sobre las más diversas materias de interés regional. Asimismo, tras ocho años de inactividad, se retomó el Foro Parlamentario, tuvo lugar el Encuentro de Organizaciones de la Sociedad Civil y, en el marco del Encuentro Empresarial, que se celebrará junto a la Cumbre, se está preparando un Compromiso con el aumento de la inversión, indispensable para generar prosperidad.  

La Secretaría Pro Tempore, a cargo de la República Dominicana, con el apoyo de la Secretaria General Iberoamericana (SEGIB), ha liderado este proceso de preparación de la Cumbre, a partir de los principios de la inclusión y consenso, que son el sello del accionar iberoamericano.

La Cumbre tendrá lugar en un contexto complejo, en que es necesario actuar en conjunto para superar las proyecciones de bajo crecimiento, que algunos consideran darán lugar a una nueva “década perdida” para América Latina, y para revertir el deterioro de la confianza interpersonal e institucional que ha acelerado los procesos de fragmentación y polarización política. Al mismo tiempo es necesario destacar que Iberoamérica es un espacio que ofrece múltiples oportunidades y que tiene el potencial de contribuir a la solución de los problemas globales.

La próxima Cumbre está orientada hacia la adopción de cuatro documentos, cada uno de los cuales abarca una materia fundamental en la construcción de sociedades más justas y sostenibles. A través de estos instrumentos, los veintidós países de la Comunidad fijarán posiciones, hablarán con una sola voz y aumentarán las posibilidades de impactar directamente en la calidad de vida de las personas.

El primero de estos documentos es la Carta Medioambiental Iberoamericana, que consolida la visión compartida frente a los desafíos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, y establece lineamientos para orientar normativas y políticas públicas en estas materias.

El segundo, la Carta de Principios y Derechos Digitales Iberoamericana, coloca a las personas en el centro de la transformación digital inclusiva que atienda a las brechas existentes y evite nuevas, y promueve aquellos principios que los Estados deben tener a la vista al implementar las legislaciones nacionales y poner en marcha políticas públicas.  

El tercer documento es la Estrategia para alcanzar la seguridad alimentaria, que propone, entre otras medidas, fortalecer el comercio intrarregional y el desarrollo de cadenas de suministro más resilientes, consolidar la agricultura familiar, expandir el acceso a financiamiento para transformar los sistemas agroalimentarios y fortalecer la infraestructura digital rural.

El cuarto, el Comunicado Especial sobre Arquitectura Financiera Internacional, sistematiza una propuesta para avanzar hacia un sistema financiero internacional más justo, inclusivo y flexible, que permita a los países iberoamericanos afrontar de mejor manera los procesos de recuperación post pandemia, de transición energética, de adaptación climática y de lucha contra la desigualdad.

Asimismo, la Cumbre deberá aprobar el tercer Plan de Acción Cuatrienal de la Cooperación Iberoamericana (PACCI III), que definirá el rumbo y las prioridades de la cooperación iberoamericana por los próximos cuatro años, el que permitirá responder de mejor manera a los desafíos que enfrenta la región.

La Cumbre también estará marcada por la oportunidad que representa que uno de sus miembros (España) asuma la Presidencia del Consejo de la Unión Europea durante el segundo semestre de 2023, la que, en relación con América Latina, debe expresarse en mejorar la articulación política, avanzar en los acuerdos comerciales pendientes, impulsar los flujos bidireccionales de inversión y expandir y profundizar las áreas de cooperación.

La Cumbre de Santo Domingo mostrará el vigor del que actualmente goza la Comunidad Iberoamericana, poniendo en valor su capacidad de facilitar el diálogo político a través del consenso y la inclusión, de plantear respuestas a problemas comunes, de gestionar un sistema de cooperación útil y eficaz, de generar acuerdos que aumentan la capacidad de influencia de la región y de relanzar alianzas que le permitan alcanzar sus objetivos en el ámbito regional y global.

Andrés Allamand
Secretario General Iberoamericano

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