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La Tribuna Iberoamericana: Diálogos Emergentes surge como una iniciativa conjunta entre la Fundación Carolina y la Sección Iberoamericana del Ateneo, que busca crear un espacio que reúna a ambas entidades en una actividad común que promueva la reflexión y el diálogo.
Esta iniciativa busca impulsar la participación de los jóvenes iberoamericanos en el debate público, fomentando su implicación activa en los desafíos políticos, sociales y culturales que enfrenta la región. Además, la actividad representa una oportunidad para que ambas instituciones refuercen su compromiso con la formación de las nuevas generaciones como agentes de cambio en sus sociedades.
A través de la Tribuna Iberoamericana, se promoverá un diálogo intergeneracional y multicultural que facilite el intercambio de ideas entre jóvenes de distintos países de Iberoamérica, ayudándoles a analizar las dinámicas políticas y culturales de la región desde una perspectiva crítica y global. Este enfoque enriquecerá la experiencia formativa de los jóvenes y contribuirá a la creación de redes de colaboración entre jóvenes iberoamericanos, favoreciendo el desarrollo de proyectos conjuntos que refuercen la integración cultural y el compromiso con el desarrollo sostenible en Iberoamérica.
Los ejes temáticos sobre los que van a girar las sesiones están articulados bajo una perspectiva transversal que incorpore áreas como las humanidades, ciencias sociales, ciencias económicas. ecología y transición energética o ciencias de la información:
¿A qué responde el aumento de la inseguridad y violencia en la región de América Latina y el Caribe (ALC)? ¿Es una percepción o existe empíricamente? ¿Se está produciendo una militarización de la vida pública latinoamericana? ¿Es el modelo Bukele exportable a otros países de la región?
¿Cuál es el estado actual de las democracias en ALC? ¿Cuáles son las mayores amenazas que enfrenta hoy la región latinoamericana en términos de protección de la democracia? ¿En qué medida el crecimiento de las extremas derechas en Iberoamérica supone una amenaza para sus sistemas democráticos?
¿Cómo habitan distintos pueblos la comunidad? ¿Cómo es la visión y la concepción del cuerpo en estos espacios? ¿Qué conversaciones se dan en la filosofía, la literatura y la cultura con cuerpo y comunidad?
¿Qué papel juega América Latina y el Caribe en el actual escenario internacional marcado por la tensión bélica y la disputa por la hegemonía? ¿Deben Europa y ALC fortalecer sus vínculos para garantizar su autonomía geopolítica? ¿Qué grado de integración y coordinación existe entre los países latinoamericanos?
¿Está ALC en condiciones de superar su papel central como región exportadora de materias primas? ¿En qué sectores se está invirtiendo con mayor intensidad? ¿De dónde proceden esas inversiones y qué papel ocupa el sector público? ¿De qué forma se está llevando a cabo la triple transición (social, ecológica y digital) en la región?
La Fundación Carolina se constituye en octubre del año 2000 como una institución para la promoción de las relaciones culturales y la cooperación en materia educativa y científica entre España y los países de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, así como con otros países con especiales vínculos históricos, culturales o geográficos.
Por su naturaleza, mandato y funciones la Fundación Carolina es una institución única en el sistema español de cooperación al desarrollo, así como en el marco de la Comunidad Iberoamericana de Naciones.
Su singularidad se debe a la participación conjunta de actores públicos y privados en su financiación, órganos de gobierno y actuaciones y al papel que juega como puente y catalizador de recursos entre las administraciones y empresas e instituciones académicas.
Para la consecución de sus fines, la fundación desarrolla las siguientes áreas:
La Fundación Carolina además, desarrolla dos actuaciones complementarias y de carácter transversal al resto de áreas:
El Ateneo de Madrid es una de las instituciones culturales más importantes de la historia española contemporánea.
Se trata de una sociedad privada, declarada de utilidad pública, que tuvo su origen en 1820 bajo el nombre de Ateneo Español y con el inicio del llamado Trienio Liberal, al imponerse de nuevo el régimen constitucional abolido en 1814.
Institución de mentalidad liberal, el Ateneo tuvo como objetivos el debate y la discusión abierta para la expansión de «las luces». Fue una iniciativa de Juan Manuel de los Ríos a instancias de la Sociedad Económica Matritense y quedó constituido como como una «sociedad patriótica» defensora de la libertad de pensamiento y de su expresión a través de la libre discusión. Cuando en 1823, restaurado el absolutismo, Fernando VII clausuró la institución, sus asociados marcharon fuera del país, no regresando a España hasta 1833.
En 1835, al amparo de los vientos liberales, impuesto por la entonces Regente, María Cristina de Nápoles, se funda el Ateneo Científico y Literario, al que un año más tarde se añadirá el epíteto de Artístico. Entre sus fundadores cabe mencionar a Ángel de Saavedra (duque de Rivas), Salustiano Olózaga, Mesonero Romanos, Alcalá Galiano, Juan Miguel de los Ríos, Francisco Fabra y, entre otros, Francisco López Olavarrieta. Imbuidos todos del más puro espíritu romántico-liberal, se impone una actividad intelectual a través de la libre discusión, las tertulias y los ciclos de conferencias que conformaron una importante actividad intelectual. La biblioteca fue adquiriendo cada vez más importancia hasta convertirse en referencia inexcusable de la casa. Hoy este conjunto bibliográfico constituye un valor adquirido indiscutible, su mayor tesoro.
El Ateneo fue pasando por distintas sedes: palacio de Abrantes, calle Carretas, Plaza del Ángel y calle Montera, hasta su ubicación actual en la calle del Prado en 1884, sede inaugurada por Antonio Cánovas del Castillo y Alfonso XII. El edificio, dentro del eclecticismo, es una obra de los arquitectos Enrique Fort y Luis de Landecho, mientras que su ornato corrió a cargo de Arturo Mélida. Hoy, recién restaurado, sus espacios constituyen una joya indiscutible.
Hombres eminentísimos han ocupado las presidencias del Ateneo: Laureano Figuerola, Segismundo Moret, Gumersindo de Azcárate, Antonio Alcalá Galiano, Antonio Cánovas del Castillo, Miguel de Unamuno, Fernando de los Ríos Urruti, Manuel Azaña, etc., quienes actuaron como catalizadores de una importantísima actividad política y cultural.
Por el Ateneo han pasado nueve presidentes de Gobierno, todos nuestros Premios Nobel, los gestores políticos de la Segunda República y lo más renombrado de la generación del 98, de la del 14 y de la del 27.
Hoy, el Ateneo de Madrid, sigue siendo un eje de referencia cultural inexcusable.
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