Estudios recientes evidencian que la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de la Agenda 2030, a través de asociaciones, no se está distribuyendo de manera equitativa a nivel global, lo que podría estar perpetuando la brecha existente entre los países del Norte y del Sur.
Teniendo esto en cuenta, el presente trabajo devela los supuestos y paradigmas bajo los cuales ha evolucionado la cooperación científica internacional, hasta la actual agenda política de desarrollo.
A la vista de que no existen valores claros de justicia social que guíen el establecimiento de alianzas en el ámbito de la ciencia y la tecnología, se propone un marco de justicia bidimensional que promueva el reconocimiento de las prácticas y los sujetos epistémicos del Sur Global, y una mejor distribución de los recursos necesarios para aportar conocimiento y tecnologías adecuadas a la sociedad.