«Actualmente, estoy cursando el Máster en Estudios de Género de la Universidad Complutense de Madrid. Los aspectos que más me llaman la atención son el poder hacer análisis profundos de la salud de las mujeres como un Derecho Humano y con perspectiva de género junto a compañeras de diversas disciplinas y que todas en nuestra diversidad compartimos el mismo compromiso por la defensa de nuestros cuerpos y el pensar(nos) vidas dignas para las niñas y mujeres de nuestros territorios.
Las mujeres cada día estamos ocupando espacios que se nos habían negado, estamos tomando decisiones desde el hogar que también es reivindicativo, desde puestos ejecutivos, desde la academia, desde la política y desde los feminismos, hoy se habla de nuestros derechos sin embargo hay una ardua tarea que no nace meramente del puro reconocimiento sino de tomar acciones y crear nuevas formas de relacionarnos en la sociedad porque aunque estemos en esos lugares de toma de decisiones es también un espacio de donde se recibe violencia. La estructura social patriarcal sigue latente y su máxima expresión son los femicidios en estos los cuerpos de las mujeres son el objetivo y al pensar en la situación de la mujer hoy en día además de pensar en la violencia que recibimos también me hace pensar en qué están haciendo los Estados para que esto cambie porque esto es el reflejo de nuestra situación actual.
Considero que al hablar de los avances en materia de derechos de las mujeres es esencial reconocer y agradecer a las mujeres que estuvieron antes desde los diferentes espacios porque lo que tenemos hoy se lo debemos a ellas. Al día de hoy en el que las mujeres estamos ocupando espacios que históricamente se nos habían negado creo que no es tanto ver dónde estamos sino cómo estamos ocupando estos espacios con narrativas y prácticas que confrontan la estructura patriarcal dejando la sumisión y aunque esto no nos libera de estar expuestas a violencias creo que ha dado fuerza a la influencia de los feminismos en las más jóvenes.
El reto más grande ahora es justamente lograr lo que considero imprescindible para seguir avanzando en la igualdad y la justicia de género, que dejemos de hacernos la guerra entre nosotras y con esto me refiero a la división marcada en el movimiento feminista por el hecho de pensar(nos) diferente y esto lo digo en un 8 de marzo en Madrid, donde las acciones están divididas y no sólo aquí pasa, en lugar de encuentros hay desencuentros y estos desencuentros desmovilizan y generan estancamientos que provocan así un futuro más lejano para lograr la igualdad y equidad de género.
También es un reto los discursos de odio que hay hacia las mujeres y feministas que se sostienen con narrativas conservadoras, anti derechos y alcanzan a colarse en espacios donde se toman decisiones sobre nuestros derechos.»
Blanca Mejía
Becaria de la Fundación Carolina del Máster Universitario en Estudios de Género de la Universidad Complutense de Madrid, España
