El 7 de febrero, el Grupo de Contacto Internacional (GCI), de carácter multilateral, sostuvo su primera reunión sobre la crisis de Venezuela. Con origen en la Unión Europea (representada por Alemania, España, Francia, Italia, Países Bajos, Portugal, el Reino Unido y Suecia) pero integrado también por varios países latinoamericanos (Costa Rica, Ecuador y Uruguay), resolvió trabajar con socios internacionales para “establecer las garantías necesarias para un proceso electoral creíble, en el marco temporal más inmediato posible”, y permitir la entrega de asistencia humanitaria.
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