Hablamos con

Entrevista a Sergio Molinillo

Entrevista a Sergio Molinillo

Hablamos con
Sergio Molinillo
Los futuros grandes profesionales que salen de las universidades deberían poseer una idea global de la Agenda 2030 y tratar en el futuro de contribuir con sus conocimientos a avanzar hacia dichas metas, sea cual sea su rama de estudio.

Entrevistamos a Sergio Molinillo, autor premiado en la categoría de Trabajo Final de Máster en la III edición de los Premios Universidad, Conocimiento y Agenda 2030: «El papel de la economía circular en el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 11: ciudades y comunidades sostenibles», tutorizado por la profesora Gemma Durán y defendido en la Universidad Autónoma de Madrid.

P. ¡Enhorabuena, Sergio! ¿Qué sentiste al enterarte de que tu trabajo había sido elegido como uno de los ganadores de la tercera edición de los premios Universidad, Conocimiento y Agenda 2030? ¿Qué te motivó a presentar tu proyecto?

Muchas gracias. La verdad fue algo inesperado, recuerdo que presenté mi TFM a los premios Universidad, Conocimiento y Agenda 2030 con bastante antelación y, al no recibir noticias con el paso de los meses, pensé que no habría sido premiado. Así que, cuando recibí la llamada en el trabajo fue un momento muy emocionante; tanto que nada más terminar la conversación llamé a mi familia para darle las buenas noticias.

¿Cuál fue mi motivación? Principalmente vino de mi tutora Gemma Durán, la cual me facilitó el enlace de la segunda edición de estos premios para que le echase un vistazo y me propuso poder presentar el proyecto en esta tercera edición. Creíamos que el buen trabajo realizado durante varios meses podría tener un reconocimiento también fuera de la Universidad Autónoma de Madrid.

P. Tu TFM gira en torno a la contribución de la economía circular en el cumplimiento del ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles. Cuéntanos un poco por qué es importante, por qué elegiste este tema y si tiene vinculación con más ODS de la Agenda 2030.

La elección del tema vino motivada por la lectura de algunos artículos sobre la economía circular desde un punto de vista general y un fuerte interés por el medio ambiente. Antes de decantarme por estudiar Economía, probé a estudiar Ingeniería Forestal, aunque finalmente no me vi capaz, pero el interés por la naturaleza y el medio ambiente siempre lo he conservado y qué mejor manera de enlazar desarrollo económico y medio ambiente que mediante la economía circular. Dentro del abanico de posibilidades, consensué con mi tutora que el papel que esta podría tener en el cumplimiento del ODS 11, debía impulsarse a pesar de los numerosos artículos y ejemplos reales de ciudades que, hoy en día, ya adoptan poco a poco medidas basadas en la economía circular. Es así como me aventuré en este proyecto.

«Hay ciudades que en la actualidad ya están tomando medidas basadas en la economía circular, con el fin de aumentar su sostenibilidad gradualmente y asegurarse un futuro mejor e incluso, su supervivencia».

Efectivamente, la economía circular no solo contribuye al ODS 11 (de hecho, su relación es más del tipo indirecto) sino también a muchos otros más directamente, como pueden ser al ODS 12 “Producción y Consumo Responsables”, al ODS 7 “Energía asequible y no contaminante” o incluso al ODS 1 “Fin de la Pobreza”. De hecho, es a través de la relación que estos y otros ODS tienen con las metas del ODS 11, que la economía circular contribuye a la consecución de este; generándose así una especie de sinergia en todo el conjunto.

P. En tu TFM realizas un análisis del concepto y los principios de la economía circular, así como de los proyectos de economía circular más importantes que se están implantando en distintas ciudades del mundo. ¿Hasta qué punto es eficaz la economía circular para mejorar la sostenibilidad socioeconómica y medioambiental de las ciudades?

Me atrevería a decir que la economía circular resulta crucial para esa sostenibilidad socioeconómica y medioambiental en las ciudades. Y, más allá de la teoría que podemos encontrar y con la que he convivido durante la realización del TFM, la prueba más clara son esas ciudades que en la actualidad ya están tomando medidas basadas en la economía circular, con el fin de aumentar su sostenibilidad gradualmente y asegurarse un futuro mejor e incluso, su supervivencia. El ejemplo más importante, desde mi punto de vista, es el de la ciudad de Austin, Texas (EEUU). El éxito de su “Austin Material Marketplace” habla por sí solo, pues como explico en el trabajo, permite intercambiar materiales entre empresas y particulares de tal forma que se producen tres beneficios: ahorro de costes al no adquirir materiales nuevos (más caros), incremento de los ingresos de empresas por venta de excedentes cuyo destino más probable sea el vertedero y reducción de uso de materias primas y contaminación en la producción de nuevos materiales. Además, en algunos países europeos, se procede a una traslación de un modelo de triple hélice (vinculación gobierno – empresas- instituciones de conocimiento) a uno de cuádruple hélice, el cual incluye además a los propios ciudadanos, lo que es importante de cara a aumentar la inclusividad de estos en el desarrollo de su ciudad, haciéndoles partícipes de ese éxito en materia de desarrollo urbano sostenible que, al fin y al cabo, es un beneficio para todos ellos. Estos son solo algunas pinceladas de los ejemplos que evalúo en el TFM

P. Para que las sociedades sean plenamente conscientes de la importancia del desarrollo sostenible en las ciudades, todos y todas debemos ser partícipes de una transformación hacia la circularidad urbana. ¿Cómo puede promoverse la economía circular en nuestras ciudades? ¿Qué gestos podemos realizar en nuestro día a día?

Hoy en día, ya podemos ver publicidad acerca de la propia economía circular más enfocada al reciclaje, apps de intercambio o venta de productos que “ya no utilizas” pero pueden serles útiles a otras personas (lo que comentaba antes del triple beneficio del “Austin Materials Marketplace”), o las campañas de concienciación impulsadas por los gobiernos sobre ahorro de agua o electricidad.

A pesar de todo ello, tal y como comento en el TFM, pienso que hoy en día el círculo no está completamente cerrado, me explico; en el ámbito de la producción pueden desarrollarse métodos que ahorren materias primas y por ende costes y contaminación (mitad del círculo). Esto puede suponer una reducción de los precios finales de los productos, algo por lo que obviamente la sociedad se beneficia. Pero, existe el riesgo de que se genere un efecto rebote, es decir, que el modelo de consumo actual haría que los individuos comprasen aún más si cabe debido a esa reducción de precios, lo que al final la oferta no tendría más remedio que satisfacer ese incremento de la demanda, produciendo más, gastando más y contaminando más. Si antes hablaba de publicidad que persigue la sostenibilidad de este mundo, también existe lo opuesto; campañas de publicidad de diferentes empresas como los “fines de semana sin IVA”, el “Black Friday” o las rebajas en diferentes épocas del año. Todas ellas persiguen el beneficio económico en vez de fomentar el desarrollo sostenible. Es por ello, que esta otra mitad del círculo, la del modelo de consumo actual, aún no está cerrada y hasta que esto no suceda las oportunidades y los beneficios de una sociedad sostenible no verán la luz en todo su esplendor.  

P. ¿Qué le dirías a alguien que está estudiando un máster y tiene dudas en torno a qué tema escoger para su TFM? ¿Por qué crees que es importante realizarlo bajo la temática de la Agenda 2030 y por qué crees que es fundamental vincular universidad y ODS?

Mencionaré unas palabras de una profesora que tuve en la carrera en la Universidad Complutense de Madrid acerca de la elección de tema del TFG que bien se pueden extender al TFM: “¿qué es lo que más te ha gustado de toda la carrera (máster)?” La clave está en que una vez tengas la respuesta, la leas entre líneas y ahí justo darás con el tema adecuado para trabajar. Obviamente habrá que ir poniendo el zoom poco a poco hasta concretar el área de estudio de forma definitiva, pues hay temas que pueden dar más juego que otros. También puede darse el caso, de que alguien tenga muy claro, por ejemplo, el tema de estudio de su tesis de doctorado después de acabar el máster. En ese caso, una buena manera de “empezar” con esa tesis sería realizar un TFM que vaya encaminando dicho tema y sirva como base para su futura tesis.

«El cambio climático, los métodos de producción y consumo, el hambre o la pobreza son solo algunos ejemplos de los problemas a los que nos enfrentamos y nos enfrentaremos de no tomar cartas en el asunto».

La Agenda 2030 se estableció de cara a intentar asegurar un futuro próspero para las generaciones venideras, incluso me atrevería a extenderlo, además, al conjunto de los seres vivos en su totalidad que habitamos este planeta. El cambio climático, los métodos de producción y consumo, el hambre o la pobreza son solo algunos ejemplos de los problemas a los que nos enfrentamos y nos enfrentaremos de no tomar cartas en el asunto. No es de extrañar que, dentro de no muchas décadas, los individuos no solo emigrarán de su lugar de nacimiento en busca de trabajo o una simple vivienda, sino que huirán de una tierra donde ya no será posible la existencia por la temperatura extrema y todas sus consecuencias, como inundaciones por la subida del nivel del mar y la incapacidad de generar alimentos a través de la ganadería y la agricultura.

Por todo ello, es clave que en las universidades se tome conciencia de todo esto, que se tengan presentes todos y cada uno de los ODS, y con ello intentar adecuar las materias (de forma más práctica) a la consecución de todos ellos. Los futuros grandes profesionales que salen de las universidades deberían poseer una idea global de la Agenda 2030 y tratar en el futuro de contribuir con sus conocimientos a avanzar hacia dichas metas, sea cual sea su rama de estudio.

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