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Entrevistamos a Miguel Ángel Olalla, director del máster en técnicas de conservación de la biodiversidad y la ecología de la URJC

Entrevistamos a Miguel Ángel Olalla, director del máster en técnicas de conservación de la biodiversidad y la ecología de la URJC

Entrevistamos a Miguel Ángel Olalla, director del Máster universitario en técnicas de conservación de la biodiversidad y ecología, impartido en la Universidad Rey Juan Carlos, Madrid, y que se incluye dentro de la convocatoria de becas de Fundación Carolina. Hablamos con él, entre otras cosas, de las claves para lograr un mundo más comprometido con el medio ambiente, del papel que tienen las universidades en el alcance de ese objetivo y de la presencia en el máster de becarios/as de Fundación Carolina, que, según explica, lo enriquecen fomentado valores como la cooperación y el intercambio cultural.

P: ¿Qué conocimientos/herramientas se adquieren con el máster? ¿Cómo contribuye la participación de alumnado becado por la Fundación Carolina?

El Máster proporciona las capacidades y conocimientos necesarios para el desarrollo de actividades investigadoras en el campo de la Biología de la Conservación y la Ecología, así como formación para la actividad en empresas y el emprendimiento verde. Por ejemplo, los estudiantes adquieren habilidades para la redacción científica y la preparación de informes técnicos, planificación de sistemas de muestreo y seguimiento, diseño avanzado de experimentos, técnicas de análisis estadístico o herramientas para la caracterización de la calidad ambiental.

Para facilitar la inserción laboral de los egresados, uno de los cuatro módulos docentes ha sido diseñado para la capacitación empresarial e incluye asignaturas sobre restauración ecológica, economía del capital natural e iniciación al emprendimiento. Los otros tres módulos se centran en bases metodológicas, biodiversidad y procesos ecológicos. Entre los docentes no sólo hay profesores universitarios, sino que contamos con la participación de investigadores del CSIC y con profesionales de empresas líderes del sector medioambiental

«Las becas de la Fundación Carolina han sido un aliciente enorme para atraer a los mejores estudiantes de Iberoamérica en el ámbito de la Ecología y la Biodiversidad»

Las becas de la Fundación Carolina han sido un aliciente enorme para atraer a los mejores estudiantes de Iberoamérica en el ámbito de la Ecología y la Biodiversidad. La interacción con biólogos procedentes de diferentes universidades de Iberoamérica sin duda ha enriquecido la experiencia formativa y ha fomentado los valores de la cooperación y el intercambio cultural entre nuestros estudiantes. Se está posibilitando asimismo el establecimiento de nuevos vínculos investigadores con universidades y centros de investigación.

P: En la actual coyuntura y con la mirada puesta en un futuro más sostenible, una de las transiciones necesarias, además de la digital y la socioeconómica, es la ecológica. ¿Cuáles son las claves para lograr un mundo más comprometido con el medio ambiente? ¿Qué papel juega la educación superior en la consecución de ese objetivo?

Para lograr la participación activa y decisiva de la ciudadanía en este proceso de transición es necesaria una educación ambiental que ayude a las personas y grupos sociales a adquirir conciencia, conocimientos, actitudes, aptitudes, y capacidades sobre cuestiones ambientales. Las universidades, como instituciones generadoras de formación y creadoras de opinión, juegan un destacado papel en la responsabilidad ambiental.

«Las universidades, como instituciones generadoras de formación y creadoras de opinión, juegan un destacado papel en la responsabilidad ambiental»

El compromiso de las universidades con la sostenibilidad se enfrenta a un doble reto. Por un lado, deben revisar y reorientar los programas curriculares de forma que se incluyan en ellos los principios del desarrollo sostenible. Esto supone dirigir sus métodos, acciones y su propia esencia a construir un nuevo modelo de civilización que sea capaz de hacer frente a la crisis socio-ecológica de carácter global. Este es un proceso que se conoce como ambientalización o sostenibilización curricular. Por otro lado, deben involucrarse con la problemática de su entorno inmediato y aportar soluciones a los impactos ambientales locales derivados de la propia actividad universitaria. Muchas universidades como la URJC han creado oficinas verdes para favorecer la consecución de estos objetivos y, en el marco de la Agenda 2030, han adoptado los ODS como eje vertebrador para estas acciones.

P: ¿Qué papel tiene la ecología en la reconstrucción del mundo postpandémico? ¿Qué rol puede adoptar el alumnado del máster en esa recuperación?

La ecología ya era clave en el mundo pre-COVID 19 y ha cobrado aún más importancia después de esta pandemia. Desde la disciplina científica de la ecología se lleva muchos años documentando los efectos negativos del cambio global sobre especies y ecosistemas. La propia pandemia por COVID-19, al igual que otras enfermedades infecciosas emergentes, reflejan como causa última la intensificación de los impactos humanos sobre los sistemas naturales. La deforestación, la expansión de la agricultura o el comercio ilegal de especies salvajes incrementan el contacto de humanos con fauna salvaje y favorecen el aumento de zoonosis

«Estamos formando a las nuevas generaciones de ‘médicos del Planeta Tierra'»

La mayor accesibilidad humana a zonas antes remotas del planeta no sólo favorece el contacto con patógenos, sino que la propagación se ve favorecida por el aumento de la conectividad y la movilidad. Es lo mismo que sucede con procesos de invasión biológica que tienen a los humanos como vector de dispersión, por poner otro ejemplo. En el Máster me gusta decir que estamos formando a las nuevas generaciones de “médicos del Planeta Tierra”.

A nivel científico, los ecólogos cada vez contamos con una mejor capacidad de análisis y diagnóstico sobre la salud ecosistémica. Además, y lo que es muy importante, hemos desarrollado modelos predictivos que permiten anticipar riesgos ambientales y aplicar los principios de prevención y precaución. Creo que el mayor desafío al que se deben enfrentar las nuevas generaciones de ecólogos es conseguir que los datos obtenidos se trasladen más ágilmente a la toma de decisiones políticas y a la sociedad. Sólo de esta forma conseguiremos anticiparnos a posibles problemas y alcanzar soluciones informadas cuanto antes.

Imagen del vídeo institucional del máster universitario en técnicas de conservación de la biodiversidad y la ecología (URJC)

 

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