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María Victoria Eizaguirre, becaria del Máster Universitario en Estudios de Género

María Victoria Eizaguirre, becaria del Máster Universitario en Estudios de Género

«Actualmente, estoy cursando el Máster Universitario en Estudios de Género de la Universidad Complutense de Madrid en su especialidad de Políticas Públicas e Intervención Social y me encuentro realizando prácticas externas en un grupo de investigación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la misma universidad, el cual participa de un proyecto de investigación europeo llamado “FIERCE – Feminist Movements Revitalizing Democracy in Europe”. 

La experiencia tanto en el máster como en el grupo de investigación es sumamente enriquecedora, por un lado, por los contenidos académicos que estoy adquiriendo, pero por sobre todas las cosas, por las personas que he conocido en este camino. Estoy convencida de que el conocimiento se construye colectivamente, y más desde una perspectiva feminista y de género, y la experiencia en este tiempo no ha hecho más que confirmarlo. Junto a compañeras, profesoras e investigadoras de distintas partes de España, así como de América Latina y otros países europeos como Alemania, Italia, Suecia, aprendemos todos los días unas de otras, problematizando cada una de nuestras realidades y pensando en posibles salidas feministas para combatir las desigualdades que persisten al día de hoy. Los aprendizajes son recíprocos: “Europa le cuenta a América Latina y América Latina le cuenta a Europa”. Porque en cada uno de nuestros países, a pesar de las brechas económicas y sociales, el feminismo ha conquistado derechos a través de incansables luchas. Y es por eso que vale la pena contarlo, compartirlo, socializarlo. Cada conquista a nivel nacional es una celebración colectiva e internacional, como el mismo movimiento feminista. 

Este 8M nos encuentra en una España donde el movimiento feminista está dividido, y eso es algo que no podemos ni debemos obviar. Una España en la que se han hecho grandes avances normativos en el último año como la aprobación de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual que puso en el centro de discusión el tema del consentimiento, la aprobación de la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI que pone en valor la autodeterminación de los géneros despatologizandola y revalorizando el derecho a la identidad de género, o la aprobación de la reforma de la ley que regula el derecho al aborto ampliando a adolescentes de 16 y 17 años el derecho a decidir. A pesar de estos grandes avances y conquistas de derechos, el movimiento feminista en España intensifica sus divisiones y este, creo yo, es uno de los principales retos de cara al futuro: poder lograr su unidad. 

Los retos no se encuentran únicamente en su interior, si no, como siempre, fuera de él. Tanto Europa como América Latina, y me animaría a decir que el resto de los continentes, viven hoy en día el resurgir de movimientos anti feministas y anti género en las extremas derechas que, a través de nuevas tecnologías y viejos mecanismos, han logrado anclar sus discursos misóginos y de odio en las generaciones más jóvenes, sobre todo en los varones, con consecuencias nocivas para los derechos de las mujeres. Este es uno de los principales desafíos en el presente y el futuro inmediato para el movimiento feminista: seguir luchando por difundir en las nuevas generaciones los valores de igualdad, la necesidad de visibilizar las desigualdades de género como estructurales y a la vez derribables, traer a discusión nuevas nociones de masculinidad(es) que no reproduzcan los mandatos de masculinidad heteropatriarcal, entre otros. 

Sin más, en Argentina (mi país), a día de hoy, muere una mujer víctima de femicidio cada 35 horas. En España, ha habido 14 feminicidios en lo que va del 2023.  Nos siguen matando por ser mujeres. Son muchos los obstáculos que aún persisten para lograr la igualdad entre géneros y en la misma proporción los retos que tendremos que enfrentar como feministas cada una en su contexto. Este 8M nos encontraremos en las calles de Madrid, para ser el grito de las que ya no tienen voz y gritar bien fuerte “¡Abajo el patriarcado que va a caer! ¡Arriba el feminismo que va a vencer!”

María Victoria Eizaguirre

Becaria de la Fundación Carolina del Máster Universitario en Estudios de Género de la Universidad Complutense de Madrid, España

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