Con las tasas de homicidio más altas del mundo, América Latina y el Caribe (ALC) enfrentan desde hace décadas una crisis de inseguridad sin precedentes. Aunque todos los países de la región cuentan con normativas que regulan la posesión y el uso civil de armas, estas siguen siendo fácilmente accesibles para actores criminales. El tráfico y la circulación de armas alimentan dinámicas de violencia especialmente letales, agravadas por la debilidad institucional y la presencia del crimen organizado.
Este artículo ofrece un panorama integral sobre el papel de las armas de fuego en la violencia en ALC. Para ello, se examinan los niveles de violencia en la región, el impacto de la proliferación de armas en sus diversas formas y su interacción con otros factores de riesgo. Posteriormente, se analiza el vínculo entre el tráfico de armas, el narcotráfico y el crimen organizado, así como las políticas de control implementadas por los Estados y sus limitaciones. El artículo culmina con recomendaciones y conclusiones.