Hablamos con Jorge Varas Álvarez, que ha sido coordinador del Máster Universitario de Investigación en Arte y Creación de la Universidad Complutense de Madrid en los cursos 19-20, 20-21 y 21-22. Este Máster se incluye dentro de la oferta de posgrado de Fundación Carolina.
¿En qué consiste el Máster Universitario de Investigación en Arte y Creación de la Universidad Complutense de Madrid? ¿Qué herramientas adquiere el alumnado? ¿Cómo enriquece y complementa el programa el hecho de que participen becarios y becarias de Fundación Carolina?
El Máster Universitario en Investigación en Arte y Creación está diseñado para ofrecer al estudiante la oportunidad de afrontar, desde la creación plástica, los retos que la sociedad actual visibiliza o aquellos que en un futuro pudiera demandar. El arte históricamente ha sido precursor de cambios en la forma de entender el mundo, el equipo docente de la titulación es consciente de este hecho, por lo que motiva a los estudiantes para posicionarles como partícipes de estos cambios. Al ser un modelo de transversalidad, conocimiento integrado y complementario, la enseñanza se organiza a partir de una estructura mixta de módulos y materias: un módulo fundamental de lenguajes artísticos, un módulo avanzado de investigación y un trabajo fin de máster.
La titulación se caracteriza por proponer al estudiante una proporcionada orientación, en la que se integra investigación en arte y creación artística. Los alumnos y alumnas que finalizan sus estudios adquieren las capacidades necesarias para desarrollar proyectos personales de investigación y artísticos con un elevado rigor conceptual y procesual, realizados además desde una fundamentación académica de alto nivel y siempre contextualizados en la escena del arte contemporáneo. Además de la propia formación como artistas o creadores visuales autónomos, la proyección profesional del alumnado permite el acceso a la gestión y la asesoría cultural, el trabajo en galerías de arte o en proyectos de creación artística en el ámbito empresarial e institucional. Además, para aquellos alumnos interesados en desarrollar una carrera universitaria e investigadora, posibilita el acceso a los estudios de doctorado.
«Son alumnos que se integran bien en nuestra facultad y que por sus cualificaciones y capacidad de trabajo se sitúan como alumnos referentes. Esto indudablemente contribuye a elevar la calidad de la enseñanza y de los resultados académicos».
El tener alumnos y alumnas becados por la Fundación Carolina es muy positivo para el máster. El comité de selección de estos becarios realiza una rigurosa selección de los candidatos, adjudicándose la beca a estudiantes que tienen unos currículos muy completos e interesantes, en los que se reflejan unas importantes cualificaciones, que se completan y desarrollan durante el curso. Son alumnos que se integran bien en nuestra facultad y que por sus cualificaciones y capacidad de trabajo se sitúan como alumnos referentes. Esto indudablemente contribuye a elevar la calidad de la enseñanza y de los resultados académicos. Además de reflejarse en las buenas calificaciones, la excelencia académica de estos becarios se evidencia en su disposición para participar en múltiples actividades propuestas desde la propia titulación o desde el Vicedecanato de Cultura.
El máster va dirigido tanto a personas que quieran potenciar el desarrollo de proyectos de investigación y artísticos personales realizados desde una fundamentación académica, como a las que pretendan continuar con su carrera académica realizando estudios de doctorado. ¿Por qué es fundamental la investigación en arte? ¿Qué papel juega la universidad en el arte y su futuro?
Investigar es una actividad característica del ser humano que este realiza con la intención de alcanzar dos objetivos muy importantes: saber más y mejorar sus condiciones existenciales.
No es discutible que el arte ha aportado y continúa aportando un gran capital cultural a la sociedad. En el desarrollo de las diferentes civilizaciones se ha constituido como un acontecimiento de excelencia, cualificado para transmitir e incorporar a las sociedades mucho saber. Los artistas han sido unos de los principales protagonistas en la historia de la creación cultural, han conseguido incorporar en sus producciones conocimiento técnico, capital simbólico y valores emocionales y perceptuales diferentes. Actualmente, investigar en arte implica proponerse cuestiones epistemológicas, ontológicas y metodológicas sobre aquello que definimos como conocimiento, observando los beneficios que este traslada al contexto social. Conlleva necesariamente cuestionar la relación entre el arte y el saber. La apreciación de estos valores específicos del arte le incluyen como campo de conocimiento en las universidades. Esta inclusión en la universidad implica que desde la misma institución se genere una reflexión profunda sobre los métodos y las capacidades de la investigación en las Bellas Artes. Dicha reflexión es también generadora de producciones realizadas en múltiples formatos, que se establecen como propuestas de conocimiento con un impacto sobre la sociedad.
«La investigación artística tiene un amplio campo de acción. Una posibilidad de investigación y estudio puede ser la obra de arte misma, materializada como pintura, dibujo, escultura, vídeo… Podemos efectuar investigaciones que vinculen diferentes disciplinas para avanzar en una problemática concreta, se puede estudiar un contexto social vinculado a una propuesta cultural».
La diversidad y riqueza de las aportaciones del arte al conocimiento han permitido aplicar métodos de investigación diversos, dependiendo de los intereses del investigador. La investigación artística tiene un amplio campo de acción. Una posibilidad de investigación y estudio puede ser la obra de arte misma, materializada como pintura, dibujo, escultura, vídeo…Podemos efectuar investigaciones que vinculen diferentes disciplinas para avanzar en una problemática concreta, se puede estudiar un contexto social vinculado a una propuesta cultural. También puede ser la propia producción artística relacionada con su desarrollo conceptual, el objeto de una investigación contextualizada en un ámbito cultural, capaz de dar una visión diferente de la realidad. Considerar la necesidad de la investigación artística nos conduce a situarnos ante la diversidad de posiciones, directrices y métodos que en el presente o incluso en un futuro pueda asumir la investigación más allá incluso del propio terreno de las artes.
Históricamente los procesos de investigación en arte se estudiaban y se transmitían en los talleres de los artistas, luego esta función pasaría a las academias y actualmente con la inclusión de las Bellas Artes en las universidades son éstas las que realizan esta labor. Gracias a la formación de los docentes y a la inversión de recursos en investigación que se realiza, es la universidad la institución más adecuada para formar a los futuros artistas e investigadores en arte. Debemos tener en cuenta la labor real que tienen hoy las universidades en la formación de muchos de los profesionales del arte y de la cultura, ya se piense en el mundo de la creación, en los espacios expositivos, en la educación, en la crítica, en el comisariado o en la dirección de programas culturales. La universidad además entiende esa formación mas allá del horizonte más cercano, por lo que comparte experiencias frecuentemente con otras disciplinas. Además, la práctica del arte tiene como norma autocuestionarse constantemente, lo que la sitúa como un motor importante de cambio.
Las sociedades actuales plantean multitud de retos: un mundo pospandémico sumido en guerras, desigualdades, que se enfrenta a desafíos tan relevantes como los que plantea el cambio climático. ¿Cómo pueden afrontarse estas cuestiones desde la creación plástica? ¿Qué papel juega el arte en la sensibilización colectiva frente a los retos sociales?
Indudablemente la producción artística y la investigación en arte no son ajenas al contexto en el que se desarrollan. El arte está condicionado desde muchos ámbitos por el momento social en el que se desenvuelve. Por poner un ejemplo, los avances tecnológicos y la producción industrial en cada época han condicionado los materiales y técnicas que han aplicado los artistas en sus investigaciones. Un artista no puede evitar estar condicionado por las cuestiones que se refieren a las circunstancias de sostenibilidad del planeta, en primer lugar, porque él sea sensible a la situación, y en segundo lugar porque el contexto es siempre condicionante. Hay que tener también en cuenta que el arte asume con facilidad la transversalidad en sus contenidos, por lo que siempre ha tendido a compartir experiencias con otras disciplinas: con la botánica, con la geología, con la política o con la religión, por ejemplo. Indudablemente esta plasticidad del arte permite un enriquecimiento de los resultados. El arte puede ayudar a tomar conciencia de las problemáticas que tiene nuestro mundo, pero el poder de acción y de concienciación más directa y efectiva sobre estos desafíos está en otros espacios o en otras prácticas. El arte aborda otras muchas problemáticas intrínsecas muy serias y no se debe concebir exclusivamente como una plataforma de concienciación social.
