Editoriales

La Fundación Carolina frente a la COP26

La Fundación Carolina frente a la COP26

Según el nuevo Informe sobre la Brecha de Emisiones del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los últimos compromisos climáticos para el año 2030 no son lo suficientemente ambiciosos y encaminan al mundo a un aumento de temperatura de al menos 2,7 °C en este siglo. Para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C, objetivo del Acuerdo de París, se necesita mayor ambición en las contribuciones nacionalmente determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) de cada país y en la actividad de los actores privados, y, de esa manera, adoptar e implementar políticas y acciones adicionales de manera urgente, con el objetivo de reducir casi a la mitad las emisiones anuales de gases de efecto invernadero en los próximos ocho años.

En este contexto de lucha a contrarreloj contra las emisiones de efecto invernadero, se celebra, en Glasgow, la 26º reunión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). En ella se intentarán lograr acuerdos significativos para la adaptación y la mitigación del cambio climático, que ya se considera una emergencia mundial, y de sus factores causales, tanto en el plano global como en cada país y territorio. Esta cumbre debe servir para centrar la agenda internacional en cuestiones que afectan al mundo de la vida, de alcance societal, más que en la rivalidad militar, en apuestas geopolíticas de las grandes potencias y narrativas de nueva guerra fría, y así reivindicar el papel del multilateralismo y la cooperación internacional y de las alianzas entre gobiernos, empresas y la sociedad civil en su conjunto.

La emergencia climática es un proceso caracterizado por su complejidad, y por ello, debe abordarse desde el contexto actual de transformación tecnológica y crisis de desarrollo y desigualdad. Estos retos precisan de respuestas transformadoras. Requieren, en concreto, de tres transiciones simultáneas: ecológica, digital y productiva y socioeconómica. Necesitamos avanzar hacia un horizonte de cambio más sostenible, solidario e inclusivo, que implique a toda la ciudadanía y a todos los sectores de la sociedad. Deberá ser, además, una transición justa: por razones de principio, y por el imperativo de su viabilidad social y política. Solo así se podrán cumplir los objetivos climáticos de forma más rápida. Solo así avanzaremos hacia un futuro verde, que no deje a nadie atrás.

Ante la emergencia climática no hay actor ni entidad que no esté llamada a la acción urgente e impostergable. La Fundación Carolina, que tiene como misión la promoción de la cooperación educativa y científica entre España y los demás países de Iberoamérica, quiere contribuir a estos esfuerzos y promueve, desde su ámbito de acción y en el marco de la cooperación al desarrollo española, el progreso científico como elemento transversal de la Agenda 2030 y de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Hemos querido reflejar el compromiso de la Fundación Carolina con la lucha contra el cambio climático en un espacio web especial, publicado recientemente, que quiere plasmar las acciones que lleva a cabo para combatirlo. Sin compromiso, no hay futuro verde posible.

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