El 1 y 2 de junio se celebraron las jornadas «A 35 años de los Acuerdos Esquipulas (I)», organizadas por Casa de América y el Ministerio de Auntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, con el objetivo de conmemorar los 35 años de la firma de la Declaración de Esquipulas (I), llevada a cabo el 25 de mayo de 1986, que desencadenó el proceso de negociaciones nacionales y regionales que llevarían la paz a la región centroamericana.
Los procesos de Esquipulas simbolizan la victoria de la negociación y la asunción de la responsabilidad y el protagonismo de los países centroamericanos como alternativa al conflicto. Las dos mesas redondas de las jornadas pretendían reexaminar esa experiencia en un momento de fuerte polarización en la región y ante las dificultades para alcanzar soluciones a partir del diálogo y los consensos.
El primer seminario, «El papel de España en los Acuerdos de paz de Esquipulas», fue inaugurada por Arancha González-Laya, ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, quien destacó que el 35 aniversario del primer Acuerdo de Esquipulas debe servir de «ejercicio de reflexión sobre las lecciones aprendidas de este proceso que pudieran ser de utilidad en la actualidad».
Para España, los Acuerdos de paz de Esquipulas fueron desafío y oportunidad
Tras la inauguración, intervinieron, para contextualizar el tema sobre el que debatir, Carmen Rosa de León, directora ejecutiva de Instituto para el Desarrollo Sostenible, que sostuvo que el proceso de Esquipulas «no fue fácil porque había muchos intereses»; y José Antonio Sanahuja, director de la Fundación Carolina, que subrayó que para la entonces «naciente política exterior democrática de España hacia América», el proceso que concluyó en los Acuerdos de paz fue «desafío y oportunidad.»
Esta primera mesa redonda contó con la participación de Juan Pablo de Laiglesia, Embajador de España; Yago Pico de Coaña, también Embajador de España; y, una vez más, Carmen Rosa de León. Moderó Rafael Garranzo, director general para Iberoamérica y el Caribe.
Entre otros temas, Yago Pico de Coaña afirmó que el Acuerdo era centroamericano, latinoamericano y global; y que «abogaba por la revitalización de la democracia y desinternacionalizaba el conflicto.» Por su parte, Juan Pablo de la Iglesia destaca que la aportación de Esquipulas es que «saca los conflictos del plano regional y los coloca en el ámbito de la democracia y de la reconciliación nacional». Asimismo, Carmen Rosa León manifiesta que «hubo una conjunción de presidentes que lograron llevar adelante una nueva visión de autonomía sobre la región».
El legado de Esquipulas: retos y soluciones para Centroamérica hoy
El segundo seminario, titulado «El legado de Esquipulas y Centroamérica hoy», y celebrado al día siguiente, contó con la participación de Leire Pajín, secretaria de Estado de Cooperación Internacional (2004-2008); con Carmen Rosa de León; Raquel Zelaya, presidenta de la Asociación de Estudios Económicos y Sociales (Asíes); y Ramón Jáuregui, presidente de la Fundación Euroamérica. Fue moderado por Cristina Gallach , secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica y el Caribe.
Sobre el impacto de Esquipulas, Carmen Rosa León indicó que los Acuerdos de paz «plantearon la agenda de las mujeres», que se ha mantenido a lo largo de los años «desde las voces de las propias mujeres». También habló sobre la inclusión Raquel Zelaya, que subrayó la necesidad de una mayor cohesión en la región en la que se priorice la agenda indígena. Por su parte, Leire Pajín señaló que «hay una profunda raíz del inicio y madurez de la cooperación española en el acompañamiento de los Acuerdos de paz de Esquipulas»; y por último Ramón Jáuregui, destacó, entre otros temas, que debemos seguir presentes en la región «con una presencia más activa de Europa y de España».
