La transición energética resulta una oportunidad para tratar de disminuir las desigualdades y garantizar el acceso a la energía como un derecho de todos los ciudadanos. La pobreza energética es una problemática global que consiste en la incapacidad de alcanzar el nivel necesario de servicios energéticos en un hogar.
En este contexto, España publica la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética 2019- 2024 (ENPE), donde se apunta la especial vulnerabilidad de las mujeres, concretamente de los hogares monoparentales/marentales y las personas mayores de 65 años.
En este trabajo, mediante el análisis de la ENPE, se examinan los diferenciales significativos en las tasas de pobreza energética que indican cómo los hogares encabezados por mujeres presentan los valores más elevados en los indicadores que la miden, además de discutir la perspectiva de género incluida en las 19 medidas de la estrategia.
Tras el análisis, los cuatro indicadores presentan como los más afectados alguno de los dos tipos de hogares encabezados por mujeres, y, pese a que más de la mitad de las medidas mencionan de alguna forma la perspectiva de género, no la incluyen de una forma transversal y efectiva.