Las tecnologías digitales han dejado de ser únicamente herramientas de democratización informativa para convertirse en instrumentos estratégicos de construcción simbólica, manipulación emocional y erosión institucional.
Este trabajo analiza cómo, a través de lógicas posverdad, la extrema derecha latinoamericana ha logrado capitalizar la fragmentación social, la precariedad institucional y la lógica algorítmica de las plataformas digitales para imponer su agenda y redefinir el espacio público. La narrativa de la incorrección política, el resentimiento social y la construcción de enemigos comunes plasmadas en una batalla cultural y amplificadas por el uso de tecnologías como la inteligencia artificial, favorecen la emergencia de milicias digitales que reemplazan los marcos colectivos sociales tradicionales.
Esta nueva configuración, definida por una estética memética, el supremacismo ideológico y, a veces, el uso instrumental de la religiosidad, plantea desafíos cruciales para las democracias liberales, en términos de regulación, participación y transparencia.