En el escenario latinoamericano, Uruguay avanzó tempranamente hacia un régimen de bienestar social con orientación universalista, aunque estratificado: el Estado ha asumido un papel relevante en la protección de los riesgos sociales que atraviesan los individuos a lo largo de su vida y la mayor parte de la población tiene acceso a la seguridad social, los servicios de salud y la educación.
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