El anuncio por parte de una facción del antiguo secretariado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de regresar a las armas ha sido uno de los golpes más duros que ha recibido el Acuerdo de Paz que se firmó en Colombia en 2016. El grupo disidente ha recibido un sonoro rechazo, especialmente contundente por parte de sus excompañeros reincorporados, que se han integrado en la vida política a través del movimiento político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.
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