El golpe de Estado de 2009 en Honduras produjo una interrupción del proceso de transición a la democracia y propició un proceso de confrontación ideológica que dividió a la sociedad hondureña en dos bandos. A partir de ahí, cuatro fenómenos se intensificaron en la vida política y social del país: la corrupción, el irrespeto a la ley, la impunidad y la politización partidaria de las instituciones, los cuales se evidenciaron con mayor fuerza en los ocho años del mandato del entonces presidente Juan Orlando Hernández (2014-2018 y 2018-2022). Por la intensidad de los acontecimientos en el mes de febrero de 2022, daba la impresión de que el país vivió, y vive todavía, una especie de transición caótica, alimentada por la existencia de fenómenos confrontados o, en el mejor de los casos, con lógicas diferentes que acentúan la tensión en diversos aspectos de la vida política y social del país. De esta manera podemos observar las siguientes tensiones: lo viejo y lo nuevo, lo urgente y lo importante, lo político y lo social, lo interno y lo externo, partido y gobierno, partido gobernante y partidos no gobernantes, poder ejecutivo y poder legislativo, presidenta entrante y presidente saliente, presidenta y esposo de la presidenta.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Puedes encontrar más información en nuestra política de cookies