Los ecosistemas digitales se han vuelto un terreno privilegiado de las guerras culturales actuales. Las fuerzas reaccionarias han encontrado allí un terreno fértil para desplegar diversas estrategias —muchas de las cuales buscan sacar de las casillas a los progresistas— en medio de un extendido inconformismo ciudadano que a veces toma la forma de ira.
El caso argentino, por lo extremo de este fenómeno, nos brinda algunos elementos de análisis para pensar de manera más amplia la violencia retórica que cada vez más impide una conversación pública acorde con la política democrática.